(Por Jorge Pailhé, enviado especial).- Sin apariciones públicas en su primer día como presidente electo de Paraguay, el colorado Santiago Peña se dedicó hoy a agradecer a mandatarios del mundo que lo saludaron por su contundente triunfo en las elecciones de ayer, casi como respetando el duelo que hace la principal alianza opositora después de la debacle electoral, y que presagia para algunos protagonistas un inminente fin de ciclo.
Mientras tanto, la calma del feriado nacional fue rota esta noche por simpatizantes del excandidato Paraguayo “Payo” Cubas que denunciaron de manera pública un “fraude electoral”.
Los manifestantes cortaron algunas rutas y se concentraron frente a la sede del Tribunal Superior de la Justicia Electoral (TSJE) en Asunción, donde mantuvieron algunos choques con la policía y, con mayor cantidad de gente y algún nivel de violencia, en Ciudad del Este, cuna política del polémico dirigente, quien en un video llamó “pelotudos” a los que apoyaron otras opciones o no fueron a votar.
El presidente electo envió por Twitter durante la jornada distintos mensajes de agradecimiento a personalidades y mandatarios que lo felicitaron, entre ellos al presidente Alberto Fernández y al brasileño Luiz Lula da Silva, en cuya figura se centraron medios de comunicación locales debido a la importancia que tiene el gigante sudamericano en la vida económica de Paraguay.
“Muchas gracias Presidente @LulaOficial. Coincido plenamente en trabajar juntos por relaciones cada vez mejores y más firmes en favor de nuestros pueblos y la visión de una América del Sur unida y próspera”, respondió hoy el economista de 44 años que el 15 de agosto asumirá las riendas de este país de algo más de 7 millones de habitantes que atraviesa una difícil coyuntura económica, con índices de desocupación en alza e inflación también creciente.
Lula no fue el único mandatario en recibir respuesta de Peña, quien hizo lo mismo con Fernández, Gabriel Boric (Chile), Luis Arce (Bolivia), Guillermo Lasso (Ecuador), Pedro Sánchez (España) y Volodimir Zelenski (Ucrania), entre muchos más.
Mientras tanto, el durísimo golpe recibido en las urnas por la opositora Concertación -una alianza variopinta de partidos que iban de la centroizquierda a la centroderecha y la derecha- comenzó a originar las primeras reacciones.
El único gobernador electo perteneciente al histórico Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) fue Ricardo Estigarribia, ganador en el departamento Central, quien en sus primeras declaraciones marcó la necesidad de que haya una “profunda renovación” en esa agrupación.
Desde fuera de la Concertación –pero con afinidad ideológica-, Jorge Querey, senador y exmédico personal de Fernando Lugo, dijo hoy que las elecciones de ayer marcan el cierre de un ciclo del progresismo que se inició justamente con Lugo en 2008.
“Podemos estar hablando del cierre de un ciclo del progresismo, que empezó en el 2008. Vamos a tener que replantear de una manera importante cómo intervenimos ante esta alternativa antisistema, que está representada por un sector de derecha y conservador como el de Paraguayo Cubas”, acotó, citado por medios locales.
La referencia fue hacia el Partido Cruzada Nacional (PCN), que con cinco años de vida y Cubas como candidato a presidente antisistema sacó casi 23% de los votos y colocó cinco senadores, entre ellos a Rafael Esquivel, más conocido como Mbururu, quien está preso desde agosto de 2022 acusado de ataques a la propiedad privada y del abuso sexual de una niña de 13 años.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Jorge Bogarín, dijo hoy que ese organismo no se adelantará a tomar decisiones acerca de si Mbururu podrá asumir su banca, ya que cualquier apresuramiento “puede ser causal de inhibición”.
La irrupción de PCN en la política paraguaya tuvo un debut más que auspicioso y no parece tener techo, mientras que la caída de la Concertación no parece tener piso.
Aun cuando pasaron muy pocas horas del pronunciamiento inequívoco del pueblo paraguayo, surgen con claridad algunas conclusiones: la primera, que los grandes ganadores de la jornada fueron la Asociación Nacional Republicana (ANR, el nombre oficial del coloradismo), Peña; su padrino político, el cuestionado y polémico expresidente Horacio Cartes, y Payo Cubas, y la segunda, que los grandes perdedores fueron el candidato presidencial por la Concertación, Efraín Alegre, y el PLRA en general y otras agrupaciones que se sumaron a la alianza.
Pero también se considera en este ingrato sector al presidente saliente, Mario Abdo Benítez, a quien se le reclama no haber hecho esfuerzo alguno para apoyar a Peña y porque cada porción de poder que gana Cartes, la pierde su archienemigo, Abdo.
La extrema diferencia entre los colorados y la Concertación (15 puntos porcentuales) había sido adelantada por una sola encuesta, la de Grau y asociados.
Señalado desde la Concertación como un encuestador “pago por el cartismo”, Adolfo Grau defendió y explicó la base de su encuesta en charla con Télam dos días antes del veredicto de las urnas electrónicas.
“En Paraguay hay una realidad muy simple, pero que la oposición se niega a reconocer: el Partido Colorado tiene el apoyo de la gran mayoría de la población, por eso ganó todas las elecciones en los últimos 70 años, salvo la de 2008, en la que el partido fue dividido. Si Lino Oviedo no hubiera roto con la ANR, Lugo jamás habría sido presidente”, aseveró Grau a Télam.
Para el consultor, el resultado final de las elecciones de ayer comenzó a delinearse con mucha precisión y fuerza en el último mes.
“Muchas encuestas hechas hasta el 5 de abril, incluidas las nuestras, marcaban una diferencia mucho menor para la ANR, pero a partir de entonces comenzó una migración de votos de la Concertación hacia Payo, que hizo que éste terminara los comicios con casi 23%, a 4,5 puntos porcentuales de la alianza opositora, con la consiguiente baja de apoyos a la candidatura de Alegre”, explicó.
Las cifras que tuvo Grau en la última consulta fueron muy similares a las que se conocieron ayer.
La enorme elección le permitirá a la ANR tener mayoría propia en el Senado –donde quedó afuera el propio Lugo- con 23 legisladores sobre un total de 45, y también en diputados, con 47 afines al futuro gobierno sobre 80.